MicroHistoria
de Amazonas
La despedida entre los amigos es siempre un trago amargo.
Y es doblemente amargo cuando la despedida es definitiva: no es un hasta luego
sino hasta siempre. ¿Por qué no nos preparamos en vida para esa situación
ineluctable?
Eso
pasó con el amigo Eliseo Jordán: no estábamos preparados para su desaparición
definitiva y nos deja privados de su sempiterno buen humor y polifacético
desempeño, entre ellos el de ser de los escritores amazonenses, agrupados en la
Fundación PatriAmazonas. Allí nos dejó su libro inédito “El Rugir de Atures”,
encargando encarecidamente al Periodista José Ma Ventura y a la
Fundación la publicación póstuma.
Para acostumbrarnos a su falta,
hicimos una reunión de sus amigos y familiares. Ahí se revisó su multifuncional
vida, digna de todo un personaje de nuestra Historia Regional amazonense y que,
por lo tanto, se debe honrar en el gentilicio y toponimia local: su nombre debe
quedar grabado en una escuela, plaza o monumento público como uno de nuestros
grandes personajes Amazonenses.
Familiares y amigos en la despedida a tan
importante personaje
Me
reclamaba amargamente un colega Ingeniero Amazonense: “¿Acaso en Amazonas hay
que ser loco para que te tomen en cuenta y le pongan un nombre como la redoma
más importante de Puerto Ayacucho, como es la redoma que le pusieron “la Loca
Rosa”? ¡Claro que tiene razón! Tuvo que ser un desquiciado en el poder para
hacer eso. Alguien que no se valora ni a sí mismo, habiendo muchos amazonenses
eminentes y con méritos para llevar ese nombre.
Pero los amazonenses aun
sufrimos del complejo del gallo enano. No valoramos lo nuestro y vemos a los
foráneos como superiores a nosotros. La presente generación debe comparar y
dejar la minusvalía aparte. La toponimia local debe responder a nuestros deseos
de superación de nuestros antepasados complejos. Nuestras calles plazas y
calles deben responder a los nombres de nuestra gente de valía en Amazonas.
Ya Venezuela está saturada
de los nombres de Bolívar, Sucre, Páez, etc., etc., Al morir nuestro buen amigo
Rumeno Armas Salazar se le quiso cambiar el nombre de la calle Evelio Roa por
el de este importante personaje de la Historia amazonense. Pero todo quedó en
buenas intensiones. Los nombres en la ciudad de Puerto Ayacucho responden al capricho
del gobernante de turno, sin siquiera tomar en cuenta a los demás habitantes.
Es hora que los amazonenses tomen la iniciativa y le pongan los nombres a los
parques, colinas y calles que faltan por nombrar.
Los amazonenses debemos ir hacia el rescate de
nuestros valores y así realzar lo nuestro. ¿Sabemos acaso quienes fueron, por
ejemplo, Evelio Roa, Juan Ivirma Castillo o Álvarez Piña? ¿Por qué y quienes le
pusieron el nombre a tales calles o institutos educativos? Si averiguan
descubrirán los amazonenses que todo obedeció a inclinaciones subjetivas o
caprichos de alguien del momento y que esos señores no llenan los requisitos
para ocupar espacio en nuestro gentilicio. Hasta hay en esos nombres gentes que
despreciaban al amazonense. Cualquier duda, pregúntenle al Profesor, Educador,
Historiador, Político y amazonense emérito como lo es el Dr. César Octavio
Alayón, quien por cierto también debe brillar con su nombre en nuestra
toponimia local. Méritos le sobran
Por eso, busquémosle un
sitio a los nuestros empezando por el amigo Eliseo Jordán y siguiendo en la
lista César Octavio Alayón, que se lo merecen por kilómetros de distancia.
Ya la Fundación
PatriAmazonas y la Oficina del Cronista dieron la pauta al ponerle nombre a la Calle
Ing° Graciano Montes, en el Barrio
Unión, lugar donde vivió este personaje de nuestra Historia local, dando un
nombre para las nuevas generaciones y para cuando estudien nuestro pasado,
sepan quienes la forjaron y de dónde vienen sus orígenes.
En primer plano: placa donde se coloca el nombres a la Calle Ingº Graciano
Montes. En la segunda foto: el Ingº Graciano Montes (hijo) devela la placa y en
la última foto: amigos asistente al acto.
El Ingº Graciano Montes es
nativo de Maroa, primer Ingeniero Mecánico de Amazonas, Fundador y Primer
Presidente de la Asociación de Estudiantes de Amazonas; yo fui el segundo
(Coincidencialmente, Eliseo Jordán fue el último Presidente de dicha
Asociación), órgano de luchas y reivindicaciones Amazonenses de los años 60-70
y también fue Fundador y Primer Presidente del Centro de Ingenieros del Estado
Amazonas; yo fui el segundo. Montes murió primero; yo seré el segundo. Fue,
también, el Fundador y Primer Gerente exitoso de la Empresa CADAFE en Amazonas,
actual CORPOELEC.
El Ingº
Graciano Montes en la laja de Capiguara, en el Río Casiquiare, cuando estuvo de
gira administrativa como Gerente de CADAFE en 1980, con los periodistas Oswaldo
Calderón y Plácido Barrios.
El espíritu de lucha de
estos dos pioneros desaparecidos es un ejemplo para las nuevas generaciones.
Sus nombres deben quedar plasmados para la posteridad y la Historia Regional
Amazonense. Los amazonenses debemos expulsar de nuestro ego ese enanismo mental
que nos ha siempre acompañado.
“El desconocimiento de la Memoria Histórica
debilita la identidad de
los pueblos y los hace
vulnerables al
vasallaje ideológico
y la dominación extranjera”
Marco Delgado
Rodríguez-Cronista de Anzoátegui
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