HENRY ESCOBAR (CHEVERITO)
Su nombre es Henry Escobar
(el popular “CHEVERITO”), de la estirpe de los numerosos Escobar de Amazonas,
oriundos de San Carlos de Río Negro. Ha visto pasar gran parte de la Historia
de su pueblo natal Puerto Ayacucho. Confía, como todo buen ayacuchense, en la
superación de su gente, siempre en la eterna búsqueda de un mundo mejor para
todos. Él hace lo suyo que le corresponde en parte: trabaja con ahínco y
conserva bien las cosas, empezando por su ciudad a la cual ama.
“CHEVERITO” es un ciudadano
común. Mejor dicho: un buen ciudadano común. A las 5 de la mañana comienza su
trabajo y ruta diaria; primero se ocupa
de barrer el frente de su casa, incluida la calle de la cuadra donde vive y
trabaja, en el Barrio Pedro Camejo. Ahí tiene su negocio de lavado y engrase de
carros. Nadie lo obliga. Tampoco nadie lo ayuda ni la pide: es autosuficiente.
En ciertas naciones, como
Chile, los ciudadanos están obligados por las leyes a barrer el frente de sus
casas. Y los chilenos cuando emigran a otros países continúan con su costumbre
ancestral de buenos ciudadanos de barrer el frente de su casa. He ahí lo
admirable de nuestro personaje, que lo hace por pura conciencia, porque esa
saludable y buena costumbre no existe ni en Puerto Ayacucho ni en Venezuela.
Aquí estamos mal
acostumbrados a que el Gobierno haga todo, siendo un país rico, pero
administrado por pobres de espíritu y donde somos pobres por causa de nuestros
gobernantes, de tanto dilapidar nuestras riquezas. He visto en capitales como
Bogotá a sus habitantes de los barrios construir su propia calle, acera y
acueducto. Y al que no tenga ganas o dinero para hacerlo, ahí le dejan el hueco
al frente o su casa se queda sin agua.
En Venezuela estamos
acostumbrados al manguareo, como decimos en criollo. Los servicios no funcionan,
pero tampoco los pagamos o en todo caso los sub pagamos. El gobierno
“socialista” pretendió regalar todo, hasta los servicios y ahora nada funciona,
pero nuestro reclamo se diluye en el vacío, porque todo es regalado. Una trampa
sin salida, hasta que se tome la decisión de prestar los servicios, pero
pagarlos por pate de los usuarios. Así es como funciona un país. Ya oigo las
protestas a los que deben imponer esta modalidad: ¡es un paquetazo! Pero de
otra manera jamás saldremos del atolladero donde estamos por culpa de los
demagogos. En Inglaterra, por ejemplo, para poderse bañar, los inquilinos tienen
que meter monedas (como a una antigua
Rockola) para que salga el agua de la tubería. Aquí he visto, cuando había
agua, tuberías botarse de día y de noche, sin parar. Y si alguien le reclama al
faltante de tal desagüe, inconscientemente te dice que eso lo da el gobierno
gratis. Ojalá esta crisis, si para algo sirven las crisis, nos ayude a ser
mejores ciudadanos. Llegar a la mayoría de edad y aprendamos que nada,
absolutamente nada, es gratis en este mundo. ¡Claro está! Salvo la limpieza que
Cheverito hace de su calle, religiosamente, todos los días.
La crisis también toca la
bondad: antes “CHEVERITO” le daba comida (maíz) a las palomas y café a los pasantes.
Pero debido a la crisis (el maíz y el café desaparecieron) las palomas volaron y
los habitué del café gratis también.
Pero “CHEVERITO” sigue ahí,
en su cuadra, alimentando la decencia de un pueblo que debería emularlo. Su fiel
y consecuente perro Ricky es su único
ayudante. La Alcaldía debiera lanzar una Ley que obligue a los propietarios a
limpiar al menos el frente de su casa. O pueda ser que ya exista, pero en este
país las leyes no se cumplen.
Las abuelas decían, con razón, que todo limpio
es bonito…menos el bolsillo.
En otros países, generalmente ricos, las
calles son limpiadas y lavadas con detergente y a máquina, con una
barredora-limpiadora automática. Las calles siempre están limpias y en esas
ciudades provoca vivir. Así será la calidad de vida tan elevada que tienen que
las calles y aceras son ¡de mármol! El transporte funciona y los autobuses
tienen un horario que raya en lo increíble: los minutos y segundos en los
cuales deben llegar las unidades se cumplen.
Una calle cualquiera de la ciudad de Oviedo en España.
Pueden observar las calles bien limpias y bien arregladas. Se les da prioridad a los peatones y no se ve
ningún carro. ¿Por qué somos subdesarrollados? ¿Por qué no podemos ser
así? Creo que todo comienza con uno
mismo. Con querer hacer bien las cosas. Cuando lleguemos a ese nivel ¿dónde
estará esa gente? La estatua es de Woody Allen y Vanessa es amazonense.
Pero ellos son ricos de
tanto trabajar y pagan impuestos por estos servicios. Mientras, nosotros
estamos por el suelo, sin agua, que es un servicio gratuito (¡absurdo!). Pero
tampoco hay (debido a un mal gobierno). ¿Cómo vamos a reclamar algo que no
pagamos?
Pero no vayan a creer los
amazonenses que solo los países adelantados gozan de esas prioridades. La
ciudad de mayor calidad de vida a nivel mundial es Curitiba y se encuentra en el
tercermundista Brasil. Ni los suizos le llegan. ¿Cómo lo lograron? Primero,
eligieron como Alcalde a un competente Arquitecto que quería mejorarla, sin ver
colores políticos, sino capacidad y querer hacer las cosas. Y en 10 años lo
logró. Tan es así que muchos Alcaldes venezolanos y de otras partes del mundo
han ido a esa ciudad a estudiar sus métodos para lograr tal milagro. Los
Alcaldes amazonenses deberían ir, como han ido, por ejemplo los de
Barquisimeto. Seguro que agarrarían muchas luces y mejorarían en su desempeño
como gerentes de una ciudad.
Jardín Botánico de Curitiba.
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