Lic. José Ventura
En estos encuentros que se están dando en
los espacios de la Biblioteca Pública “Simón Rodríguez”: Conversatorios sobre
personajes de nuestro estado Amazonas, han salido varias verdades que estaban
ocultas en el imaginario colectivo. Por ejemplo, ¿Quién fue Juan Ivirma
Castillo, para colocarle su epónimo a una escuela de Puerto Ayacucho? La
respuesta que nos dan los cronistas y conocedores de la historia regional no
escrita, es que fue un gran dipsómano. Le gustaba más los bares que los salones
de clases. Tampoco le gustaba Puerto Ayacucho. Luchó por irse de aquí y pidió
cambio en seguida y lo obtuvo.
Por otra parte, también
preguntábamos ¿por qué una calle de Puerto Ayacucho llevaba el nombre de Evelio
Roa?, ¿quién era ese señor? La respuesta: era un capitán que tripulaba el
hidroavión que traía comestibles a Puerto Ayacucho entre finales del 40 e
inicios del 50 llamada “La Catalina”.
Si continuamos investigando, nos
toparemos que hasta a un comedor le colocaron el epónimo de “Diego Figueroa”,
un telegrafista y compositor que llegó a Puerto Ayacucho en 1964 y murió de
mengua, loco, alcoholizado y mendigo por estas calles. Le ponen el nombre de un
comedor a un señor que murió de hambre. Si seguimos, nos vamos a encontrar con
epónimos que dan ganas de reír y llorar…Por qué el edificio de la Alcaldía
lleva el nombre de un español: Hipólito Cuevas, por qué la calle Bolívar no
llega ni a 200 metros y la Aguerrevere se lleva 600 metros…por qué una
urbanización se llama Gari Altuve…
NUEVAS PROPUESTAS: La Avenida
Perimetral debería llevar el nombre del primer ingeniero amazonense: Miguel
Guape, quien realizó esta magnífica y vital obra. El hospital de Puerto
Ayacucho el nombre de Dr. José Antonio Pereira, nuestro primer médico…el nombre
de César Alayón debe llevarlo un liceo o una universidad. Es nuestro primer
normalista, maestro, profesor, deportistas, cultor y escritor.
LA ÚLTIMA PROPUESTA: La mañana del
jueves 11 de septiembre se despidió de este mundo uno de los comerciantes más
promisorios de Puerto Ayacucho. Había nacido en Valle de la Pascua (Guárico) el
12 de octubre de 1930 (iba a cumplir 84 años el mes próximo). Hijo de don Pedro
Armas Itriago y doña Lourdes Salazar de Armas. Comenzó a trabajar a los 14 años
en su tierra natal. A los 20 años viaja a Caicara del Orinoco en busca de
nuevos retos. Allí labora como ayudante contra la fiebre aftosa, luego en
Tucupido labora como asistente topográfico. El 9 de septiembre de 1954, a los
24 años, llega a Puerto Ayacucho para iniciar trabajo con Manuel Díaz Vera,
próspero comerciante de esa época, con quien labora hasta 1962. Junto a
Rodríguez y Juncosa, emprendió una firma comercial próspera y boyante en una
Venezuela que apuntaba a ser una potencia en Latinoamérica. En 1965, adquiere el negocio de Díaz Vera e
inicia una carrera de comerciante floreciente en tiempos democráticos. Don
Rumeno Armas fue un comerciante visionario que dejó importantes empresas para
el beneficio de nuestro estado. Desde un refresco, una nevera, un motor fuera
de borda, un carro, gas y gasolina vendió Rumeno y hasta una emisora de radio
dejó a los amazonenses. También fue diputado al Congreso Nacional (83-87) y Gobernador
del Territorio Federal Amazonas (1984). Una vez lo entrevisté y le pregunté
porqué había renunciado a la Gobernación y me respondió “mira mijo, yo no soy
político, yo lo que soy es un bodeguero”. Para resarcir su obra importantísima
en pro del Amazonas y de Puerto Ayacucho la calle Evelio Roa debería llevar el
nombre de RUMENO ARMAS SALAZAR.
Miguel Guape, César
Octavio Alayón, José Antonio Pereira Galetti y Rumeno Armas Salazar…
¡CUANDO ERAN MÁS JÓVENES..!
Lic. José Mª Ventura
NOTA: Este artículo fue escrito en el
año 2015
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