HISTORIA
HEMEROGRÁFICA DE AMAZONAS IV
Transcripción
de
Miguel Guape*
El Luchador del 21 de julio de 1913 reseñó el nombramiento de Abelardo Gorrochotegui como nuevo Gobernador del Territorio Federal Amazonas.
E
Ante la petición de Funes y sus seguidores para que
enviaran un nuevo Gobernador, el Gobierno Nacional presidido por Juan Vicente
Gómez, envió al asolado Territorio Federal Amazonas al General Abelardo Gorrochotegui
(Ciudad Bolívar 1861 – Caracas 1927). Estuvo muy poco tiempo y, obligado por
las circunstancias, tuvo que abandonar, cuando el poder real seguía siendo de
Funes. Fue mejor poeta, pues compuso al famoso poema ARAMARE, que inmortalizó a
nuestro Ye´Kuana coterráneo. Se transcribe la reseña y falsa expectativa escrita por
alguien en “EL LUCHADOR”.
NUEVO
GOBERNADOR
El Ejecutivo Nacional ha designado al
señor y General Abelardo Gorrochotegui para desempeñar el
cargo de Gobernador del Territorio Federal Amazonas.
Delicada es la situación del señor
Gobernador en las actuales circunstancias, en que un grupo de forajidos alzados
contra toda ley, contra todo principio y
contra toda doctrina de moral y de conciencia, se han hecho árbitros de vidas y
convertido la propiedad en rapiñero botín.
De un lado militan intereses de
particulares, que tienen valores en manos de asesinos y ladrones, y de otro la vindicta social, hondamente
herida, que clama justicia y que supera el castigo de los siniestros autores de
un plan preconcebido y único en nuestros anales de pueblos civilizados.
De un lado están las conveniencias del
capital, y otro, hogares enlutados, huérfanos que en vano esperan el apoyo y
las caricias paternales, viudas condenadas a la miseria y la desesperación, y
un reguero de sangre que por siempre habrá de baldonar el nombre venezolano.
¿De qué lado se inclinará la balanza?..
No dudamos que del lado de la sanción y
de la justicia humana.
La garantiza así la austeridad que sabe imprimir a todos
sus actos el Gobierno que preside el General Juan Vicente Gómez.
Lo garantiza así el General Gómez,
hombre de hogar, que conoce las íntimas fruiciones de la familia, que sabe
cuánto pesan las lágrimas que en estas circunstancias han brotado no de los
ojos, sino de lo más íntimo de los corazones, y que no habrá de permitir el
triunfo, el inicuo triunfo de a maldad aunado al escarnio de los derechos
naturales del hombre.
Lo garantiza así la presencia de
Abelardo Gorrochotegui al frente de la Gobernación.
El gallardo porta-lira, el cantor de nuestras selvas, que en cada fronda
rumorosa leyó un poema de la vida y de amor intenso no vendrá a entonar el
macabro responso de la vana complacencia ni a echar sobre su nombre de poeta la
sombra, la impenetrable sombra que hoy envuelve, como una maldición, las
desoladas comarcas de Atabapo y Goaviare.
El militar pundonoroso, que en más de
una ocasión bañó el suelo de la patria con su sangre en las sagradas luchas por
la libertad y el derecho, no salpicará los laureles pegados gallardamente, ni
el brillo de su espada, con esa otra sangre de niños y ancianos que caerá
eternamente gota a gota, sobre la faz de los verdugos del Amazonas.
El ciudadano de entereza ejemplar y de
valor cívico probado en más de una ocasión, no habrá de sancionar el sinnúmero
de delitos atroces, cuyo calificativo se escapa a las fórmulas del lenguaje.
Así se impone su nombre, siempre llevado
con dignidad y con orgullo.
Así se lo imponen sus convicciones de
hombre honrado, de líneas rectas, abroquelado en la moral, probado en las
justas del honor.
Así se lo impone la representación de
que está investido, como intérprete del Gobierno Nacional.
Y así lo espera la vindicta pública,
pendiente de sus actos en el actual momento histórico.
Alguien, tal vez interesado en favor de
los verdugos del Amazonas, ha pretendido tergiversar los hechos, disfrazar la
verdad, dándole a lo acontecido el carácter de una poblada contra el extinto
Gobernador.
Mentira!...
El pueblo no mata así, con esa ebriedad
de sangre y de refinadas crueldades.
El pueblo va a la plaza y protesta, con
actitud resuelta.
El pueblo va a los campamentos y combate
con armas honradas ofrendando su vida por ideales de causa o de doctrina.
El pueblo no va a la encrucijada del
bandido, ni se ensaña contra víctimas indefensas.
El pueblo tiene rasgo de piedad y de
nobleza, aún en sus mayores
enardecimientos y corajes.
El pueblo asalta una fortaleza y al
verse acariciado por el éxito no se baña en sangre, como los cerdos en el lodo,
sino que prorrumpe en un canto de victoria y de perdón.
No calumniés al pueblo.
La colectividad grandiosa que lleva este
nombre, castiga pero no asesina.
Y los reformistas del Amazonas no son
sino una horda de asesinos.
(“El Avisador” – Upata)
LOS CRÍMENES DE RÍO NEGRO
La obra nefasta de Funes y de González
Más de 50 víctimas de su ferocidad
Lista la más completa que se ha podido obtener de los asesinados en el Territorio Amazonas por Tomás Funes y Manuel María González, a contar desde el 8 de mayo hasta el 8 de junio próximo pasado.
General Roberto Pulido
“ Antonio Espinoza
Pablo Enrique Pulido
Doctor Baldomero Benítez
“ Reyes Caevajal
Domingo Martínez
Henrique Delepiani
Alberto Espinoza
Juan Bautista Espinoza
Federico Espinoza
Eliodoro Linares
Heriberto Maggi
Rafael Maggi
Pedro Becerra
Pedro Varela
Jesús Capecci
Antonio Rioja
Froilán Valero
Andrés Becerra
Domingo Zuloaga
José Miguel Bonalde
N. Chaves
Félix Miguel Martínez
José Miguel Soublette
Manuel María Baldó
Pedro Raldiris
Hermán Trujillo
Coronel Antonio Varela
Antonio Varela, hijo
Jesús Varela
José Miguel González
Ventura Yánes
Jesús Núñez
Rosalino Mata
Miguel Sosa
Edmundo Briceño
Manuel Rodríguez Cordero
Mariano D´Giulio
Miguel Conrado Ramírez
Víctor Modesto Aldana
Feliciano Guerrero
Daniel Leal
Pedro Leal
Vicente Leal
José Dolores Ramírez
Eugenio Ramírez
Esteban Ramírez
Rafael Montes Godoy
Juan Mirabal
Leoncio Rivas
y cinco peones cuyos nombres se ignoran…
De todas estas víctimas treinta y dos eran comerciantes o propietarios.
Histórica casa de Tomás Funes en San Fernando de Atabapo, derrumbada
por el ex alcalde Nepomuceno Patiño. Según el antiguo Cronista Don Manuel
Henríquez era una bodega y se llamaba
“La Porfía”. Año 1958.
Tomás Funes y
Roberto Pulido, los principales protagonistas de los hechos violentos del 8 de
mayo de 1913. Aun estos hechos continúan en Amazonas: recordemos, por ejemplo,
la matanza de indios Yanomami en Aximú o la reciente masacre de presos en
Puerto Ayacucho. El escritor colombiano José Eustacio Rivera en su obra “La
Vorágine” sentencia: “en Amazonas hay muchos Funes, aunque solamente uno lleve
el nombre”. Esa violencia está vigente por los modernos Funes y Pulido y los
amazonenses somos los mismos de siempre, vilipendiados, marginados y
exterminados.
Ciudad Bolívar, septiembre de 2017.
*Cronista de Atures
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