Nuestra Historia Nº 50
Gobernadores y Gobernantes de Amazonas (II)
Por: Miguel Guape*
Hipólito De La Cueva, Libertador de Amazonas
Hace algo más de 200 años, en 1817, fuimos liberados del yugo
español por Hipólito De la Cueva, Oficial del General José Antonio Páez, quien
operaba en Apure. Era el tiempo de la guerra de independencia y el Libertador
Simón Bolívar trataba de darle forma de gobierno a la futura Gran Colombia (a
la cual perteneceríamos) a través del Congreso de Angostura. Aún Venezuela no
existía como tal.
¿Quién era Hipólito de La Cueva? Hay datos dispersos de su
existencia. Su acción está registrada en la Historia a retazos, sin
continuidad. En Comandante Hipólito De La Cueva Afanador, libertador de
Amazonas, nació en Angostura hacia la novena década del siglo XVIII y muy joven
se incorporó a las tropas del general José Antonio Páez en Apure, para luchar
por la Independencia. Usamos el apellido De La Cueva porque así se llaman sus
descendientes directos y no tienen constancia de cuando evolucionó este
apellido. Incluso se puede observar que el mismo personaje firmaba HIPÓLITO
CUEBAS. Afanador es un apellido ilustre y extendido en Guayana; ha habido hasta
Gobernadores con ese nombre: Eusebio Afanador fue Gobernador de la Provincia de
Guayana en 1830. Y en San Carlos de Río
Negro vivió en 1822 Silvestre Afanador, cuando en ese tiempo éramos parte
integrante de la Provincia de Guayana. Pero dejamos la discusión para los otros
investigadores y solamente nos contentaremos con afirmar que constatamos que HIPÒLITO
CUEBAS ó DE LA CUEVA ó CUEVAS es la misma persona.
¿Sería realmente bajo la iniciativa de Páez que fuimos liberados
del yugo español? Hay muchos motivos para dudarlo. Primero, para Páez, en esos
tiempos, su mundo y su patria llegaba hasta donde alcanzaba la llanura; su
concepto de Patria Grande no existía en su mente. Segundo, este concepto
solamente estaba con el Libertador Simón Bolívar, quien operaba en la zona y ya
había sido reconocido como jefe máximo por Páez y demás jefes locales. Por lo
tanto no es raro que, por instrucciones de Bolívar a Páez nos hayan liberado.
Aunque está lleno de controversias el origen de su venida hacia acá, como todo
hecho histórico cuando no está bien documentado o investigado. Bolívar y los
demás patriotas para mayo de 1817 estaban concentrados en Guayana, Provincia a
la que pertenecíamos desde tiempos coloniales, porque casi toda Venezuela
estaba ocupada por los realistas; buscaba realizar el Congreso de Angostura y refundar
la Tercera República, lo cual nos daría forma de Nación.
De La Cueva vino a Amazonas entre los meses de octubre y noviembre
de 1817. Según los Historiadores Fidel Betancourt y José Mª Ventura trajo un
ejército de 300 hombres y desalojó a los realistas estacionados en San Fernando
de Atabapo comandados por Francisco Orozco y Benito López, quienes huyeron vía
Brasil. Aunque el mismo Páez nos dice en su Autobiografía que eran 80 hombres: “De
las fuerzas que destiné a operar a diversos puntos fue una guerrilla al mando
del capitán Correa y después la del comandante Hipólito Cuevas, para que se
apoderaran del distrito de Río Negro, en Guayana, lo cual se consiguió con ochenta hombres que hicieron prisioneros a los
realistas que guarnecían aquellos puntos”. En conversación personal con el
Cronista del Municipio Atabapo Pascual Silva Paminare afirmó que este Orozco es
el ascendiente de todos los que llevan ese apellido en Amazonas. A través del
desarrollo de esta Historia los iremos encontrando en el devenir del tiempo.
En una reseña del Periódico de la época “El Correo
del Orinoco”, dice que Cuevas fue “...por
disposición del general Páez a libertar aquellos pueblos y los del Alto
Orinoco, reuniéndolos a la República”. El número total de soldados y por órdenes de quien
aún no se ha establecido de forma definitiva y es parte de la controversia
sobre el personaje, porque según el mismo De La Cueva en una carta dirigida en 1818
al Gobernador de Guayana General Mariano Montilla explica
que sin auxilio de nadie formó su guerrilla y consiguió armas “...supliendo
de mi peculio la mayor parte de los gastos que me fueron indispensables para la
empresa...”.
El Capitán Hipólito De La Cueva fue de hecho nuestro primer
Gobernante de la era Republicana con el título que dan las armas de Comandante
Político y Militar del Distrito Rionegro. En junio de 1818 estaba en Angostura.
Así lo registra el periódico “Correo del Orinoco” de esos tiempos: “El comandante Cuevas volvió con su
tropa al Apure, dejando encargado el Gobierno del país a uno de sus propios
habitantes, el ciudadano José Izquierdo, generalmente estimado por su notoria
honradez, y por la bondad de su carácter”. José Izquierdo era natural de Barinas, de 50 años de edad y de
profesión labrador (conuquero). Como gobernante es un hecho importante y
faltante en la clásica lista de gobernantes de Amazonas, dada inicialmente por Bartolomé
Tavera Acosta, el mejor y más completo Historiador de la antigua Amazonas. El
mismo periódico afirma que se reintegraba al ejército patriota comandado por
Páez en Apure, pero hay certeza que continuo gobernando al Amazonas hasta 1820,
según veremos.
Estuvimos algún tiempo bajo las órdenes del ejercito de Apure,
como él lo manifiesta, hasta la división Político-Territorial
hecha por Simón Bolívar, según Decreto Nº 231 del 15 de octubre de 1817 y que
dividía a la Provincia de Guayana en 3 Departamentos: Departamento del Alto
Orinoco, Centro y Bajo Orinoco; es curioso observar que una docena de días
antes del Decreto, entraba El Capitán Hipólito De La Cueva con sus tropas a
libertar a Rionegro y con toda seguridad no sería sino a posteriori cuando se
enteraría de este Decreto, que en su Art. 2º definía al Departamento del Alto
Orinoco… “cuyos límites son: Al Norte, las corrientes del
Orinoco desde la boca de Apure hasta la del rio Caura; al Oriente, el Caura
desde su boca hasta su origen, de éste línea recta al pueblo de la Esmeralda, y
atravesando aquí el Orinoco la comunicación entre éste y el Rio Negro por el
Casiquiare, y desde su confluencia con él Rio Negro, las corrientes de éste
hasta el pueblo de Guaicaba; al Sur, las corrientes do Rio Negro desde Guaicaba
hasta San Pablo; al Occidente, tomando el rio Atabapo, desde su origen hasta su
confluencia con el Orinoco, y las corriente de éste hasta la boca de Apure…”
La antigua Amazonas decretada
por Simón Bolívar (línea azul), Amazonas actual (trazo verde) y límite común
(línea roja) entre ambos trazados. Mapa del autor.
Estos
límites son muy imprecisos y erróneos y se comprende si se tiene en cuenta que
el Amazonas de esa época era desconocido y los mapas levantados hasta entonces,
debían reposar en España. Los pueblos de Guaicaba y San Pablo son totalmente desconocidos y nunca han
existido villas con tales nombres. Además le imputa a Amazonas unos límites que
desechan su enorme extensión real. El área de los límites que abarca este
Decreto es de 170.000 Kms2 más o menos, cuando nuestra
superficie actual es 10.000 Kms2 más
grande y eso que hemos perdido más terreno en los diferendos por límites con
otras naciones. Seguro que este documento fue usado en las sucesivas
controversias por los límites que tuvo Amazonas y fue utilizado en su contra.
Con razón Colombia pretendía llegar hasta el Rio Casiquiare y Brasil hasta Yavita,
porque la imprecisión conlleva a decisiones arbitrarias y Simón Bolívar, quien
nunca estuvo en Amazonas, estaba rodeado de gente que la desconocía y se
infiere que no tenían noticias de los
pueblos fundados por los jesuitas, la
Expedición de Límites y los los capuchinos para un total de 16 pueblos o villas
existentes para la época del Decreto. Lo extraño es que ni siquiera San Carlos
de Río Negro aparece en la descripción o lo confunde con San Pablo.
Durante su
mandato De La Cueva dio muestras de su integridad como persona recta y cabal en
el ejercicio de sus funciones y no estuvo exento de los vaivenes políticos de
la época. Por ejemplo, Francisco Orozco, el realista que huyó hacia Brasil
cuando entró a San Fernando de Atabapo, no obstante sus antecedentes, dio un
giro de 180 grados y se pasó al bando patriota, como expresó el general Páez en
su Autobiografía, con tan buena
estrella que el General Sedeño (Gobernador de la Provincia de
Guayana por segunda vez en 1818) lo designó comandante del departamento Alto
Orinoco, lo cual notificó a Hipólito Cuevas el 21 de septiembre de 1818; o sea que Orozco fue nuestro último gobernante español y
estuvo a punto de ser nuestro segundo gobernante Republicano de Amazonas. Por
supuesto que la reacción del jefe patriota no se hizo esperar y fue contundente.
Refiere a la superioridad que los indígenas profesaban a Orozco “odio y
enemistad”; que el jefe realista se fue a Portugal (Brasil), regresó a San
Carlos, “hizo jurar la Constitución
española y luego escapó a Brasil con las campanas de la iglesia, las imágenes,
la metralla y cuanto encontró”. De su segundo,
Benito López, dice que es un “godo consumado” a quien los indios detestaban y
luego de ser designado comisionado de secuestros (rentas) por el gobierno de
Guayana, escapó al Brasil con el dinero recolectado y soliviantó los pueblos
indígenas a su paso. Reitera que él ha sido “...el libertador de
estos lugares del Alto Orinoco y Río Negro a costa de mis expensas y sin
auxilio del gobierno”. La carta a Sedeño es muy
enérgica. Advierte que no entregará el cargo hasta tanto no se reconsidere la
medida, si es posible hasta por el Libertador Simón Bolívar, por la salud de la
Patria y los sacrificios hechos por él. Está fechada el 31 de octubre de
1818 en San Fernando de Atabapo. Indudablemente que
esta actitud del Libertador de Amazonas tuvo sus consecuencias positivas para
él, pues estuvo en el cargo hasta 1820, año en que viene al Antiguo Amazonas el
Teniente Manuel Echeverría. Todos estos documentos de soporte reposan en el Archivo
Histórico de Guayana.
De La Cueva elaboró un censo de población que permitió conocer el
número de habitantes de la época. Se desprende de la fecha que lo hizo de
propia iniciativa, pues aún no se había realizado el Congreso de Cúcuta que lo
mandó hacer de manera taxativa; aún no había aparecido el Cantón Rionegro. Los
resultados son los siguientes:
Censo de Hipólito de la Cueva del 25 de marzo de
1820
“El distrito del Alto Orinoco comprende
los pueblos de Atures, Maypures, San Fernando de Atabapo, Santa Bárbara, La
Esmeralda, Baltazar y Yavita.
El de Rionegro los de San Carlos, Tiriquin,
San Felipe, San Miguel, San Antonio de Tomo, y Maroa: este último no está
comprendido en el censo. El de Casiquiare comprende a Casiquiare y Quirabueno.
El Distrito del Alto Orinoco tiene:
VARONES
|
HEMBRAS
|
TOTAL
|
|
De 1 a 5 Años
|
33
|
28
|
61
|
6—10
|
56
|
33
|
89
|
1 1—20
|
77
|
84
|
161
|
21—30
|
48
|
82
|
131 (130)
|
31—40
|
32
|
23
|
55
|
41—50
|
23
|
11
|
34
|
51—60
|
9
|
7
|
16
|
61—70
|
5
|
2
|
7
|
71—80
|
3
|
1
|
4
|
81—90
|
3
|
4
|
7
|
91—100
|
1
|
-
|
1
|
107
|
1
|
-
|
1
|
109
|
1
|
-
|
1
|
125
|
1
|
-
|
1
|
293
|
276
(275)
|
569 (568)
|
Nacidos el último
año……………… 21
Casados……………………………… 162
Viudos………………………………… 45
El número de nacidos es al de la
población como 4 a 100; y al de los matrimonios como 1 a 4.
El Distrito de Ríonegro y Casiquiare tiene:
VARONES
|
HEMBRAS
|
TOTAL
|
|
De 1 a 5 Años
|
55
|
52
|
107
|
6—10
|
88
|
47
|
127 (135)
|
1 1—20
|
90
|
80
|
170
|
21—30
|
61
|
44
|
105
|
31—40
|
57
|
39
|
90
(96)
|
41—50
|
32
|
30
|
62
|
51—60
|
18
|
21
|
39
|
61—70
|
26
|
9
|
35
|
71—80
|
2
|
2
|
4
|
81—90
|
2
|
-
|
2
|
91—100
|
2
|
-
|
2
|
433
|
324
|
740 (757)
|
Nacidos el último año………………..56
Casados……………………………….244
Viudos…………………………………..41
El número de nacidos es al de la población casi como 8 a 100; y al de
los matrimonios como 1 a 2,13.
No teniendo los censos del año anterior de ninguno de los dos distritos,
no puede saberle la proporción que haya entre el número de nacidos y de muertos
en el último año.
En el distrito Alto Orinoco
(integrado por Atures, Maipures, San Fernando de Atabapo, Santa Bárbara, La
Esmeralda, Baltazar y Yavita) la población era de 293 hombres, 276 mujeres y
150 niños. Es significativo que había una persona en la relación de habitantes
entre 91 y 100 años; 1 de 107; 1 de 109 y uno de 125 años de edad, todos del
sexo masculino.
Por su parte, en el distrito
de Río Negro (San Carlos, Tiriquín, San Felipe, San Miguel, San Antonio de Tomo
y Maroa) y el de Casiquiare (Casiquiare y Quirabuena), la población era de 740
habitantes, siendo hombres 433 y hembras 324, más 134 niños. Había dos hombres
con edades entre 91 y 100 años.”
Hay errores en la totalización y/o transcripción de los datos y
entre paréntesis se señalan los números que deberían dar viendo los datos
suministrados por el Periódico. La población total sería entonces de 1309
(1325) habitantes. El Censo no tomó en cuenta a la población de Maroa, que
debió tener alrededor de 135 habitantes para un total de 1444 (1460) habitantes
aproximadamente. Recordemos que no tomaban en cuenta a la población indígena
que no vivía en los asentamientos poblacionales de los criollos. Veníamos de la
época colonial y se ve que la región estaba dividida en los 2 Distritos: 1)
Alto Orinoco y 2) Rionegro y Casiquiare. Asombra sobre manera la existencia de
gente tan longeva de más de 100 años, algo inusual en la época.
En 1811, cuando no había comenzado la guerra de Independencia, la
población venezolana estimada era 1.000.000 de habitantes más o menos y a la
región Guayana correspondía 48.000 habitantes (incluidos 8.000 indígenas del
Delta) y asignaba 100.000 indígenas libres en los Llanos, interior de Guayana y
el sur del País. En 1827, dieciséis
años después, ya finalizada la guerra, la población de Guayana era de 16.310 y el
total de Venezuela de 659.63. O sea 2/3 de la población de Guayana había desaparecido consumida
por la guerra y sus secuelas y del total de Venezuela 1/3 también se había
esfumado como consecuencia de esta devastadora contienda. En Amazonas la
población se mantuvo estable con 1500 habitantes aproximadamente hasta este
censo que hizo Hipólito De La Cueva y esta cifra se extiende durante otros 15
años. Se comprende si se nota que en Amazonas no hubo guerras, salvo la pequeña
escaramuza del desalojo de los pocos españoles en 1817. Se puede asumir que
esta cifra permanece estable en Rionegro desde la época de la Comisión de
Límites de 1860 y posterior, con algunos altibajos, así como en los pueblos fundados por esa época: San Fernando
de Atabapo, San Carlos de Río Negro, Baltazar, Maroa, Yavita, Solano,
Quirabuena, San Felipe, Tirinquín, San Miguel, Santa Bárbara, La Esmeralda, Cunucunuma,
Padamo y Maipures; de eso pueblos originarios han desaparecido Baltazar, Tirinquín
y San Miguel; San Felipe y Maipures han pasado a Colombia. Atures ya existían
en esa época fundado por los jesuitas y será el futuro Puerto Ayacucho.
También incentivó las relaciones comerciales con el vecino
brasilero y se intercambiaron varios rubros como cuerdas de chiquichiqui (cable
de Rionegro), brea y cacao a cambio de lo cual recibirían ropa, plata,
tabaco y sal. Ofrecía también carne y
queso traída de Apure. Como se puede observar, en los comienzos de la era Republicana,
las relaciones de Rionegro eran con Apure, porque de allá vino y se decidió
nuestra Independencia y, posteriormente, pasamos a ser parte de la Región
Guayana.
Cuando estuvo gobernando en el Amazonas de entonces también
colaboramos con la guerra de independencia. En el Correo del Orinoco de
entonces apareció que “Además de las seis
flecheras enviadas a Apure en 1819. Cuevas remitió a Angostura dos más, armadas
y elaboradas por la gente de Río Negro”.
Otro
punto importante para el Amazonas de la época es que durante tres décadas más o
menos estuvo sin efectivo, cuando la moneda oficial era la Macuquina del antiguo régimen español y la Macuquina acuñada en Caracas
en la segunda época de la República, pero en Rionegro no circulaba y las
pocas transacciones comerciales se hacían por el trueque de mercancías. De la Cueva trató de remediar la situación
con la introducción de la Yagualera, moneda que había sido acuñada por José
Antonio Páez en Barinas, con miras a circular en los llanos, donde existía el
mismo problema. Privado de recursos en la Provincia
de Barinas, aislado y sin un signo de convención para el comercio, se vio
obligado a acuñar moneda. Se enfrentaba con la situación que esta moneda
había sido declarada ilegal en el resto de Venezuela. Las
averiguaciones conducirán más tarde a encontrar en Barinas la fuente del dolo y
el General Páez era el responsable. En efecto, el
18 de junio del mismo 1818, Bolívar dictará un decreto de tres artículos sobre
la materia: “Articulo 1º.- La moneda
acuñada en la Provincia de Barinas no circulara en ninguna de las otras
Provincias de Venezuela, en atención a que le falta la ley, el peso y la
perfección del signo. Art. 2º. - Tanto en aquella provincia, como en las demás
de la República se prohíbe la circulación de otra moneda que la de cordón de
oro y plata: la Macuquina del antiguo régimen Español, y la Macuquina acuñada
en Caracas en la segunda época de la República. Art.3º.- Sin embargo de lo
dispuesto en el artículo precedente, en beneficio del crédito de la Provincia
de Barinas, y para evitar los perjuicios que sufrirán la moneda expresada en el
artículo 1º, correrá está dentro de aquella Provincia en clase de provincial,
mientras se amortiza por el Gobierno”.
El
problema del circulante de la moneda en Rionegro era crítico y trató de
solventarlo de alguna manera. En el último año de su mandato, en oficio del 14
de enero de 1820 al Gobernador de la Provincia de Guayana De La Cueva manifiesta al Gobernador que… “Como
este departamto. fue libertado de orden del Ejto. de Apure y permanecimos algún tiempo bajo sus órdenes
inmediatas, se mantubo la moneda Yagualera; pero habiendo variado ya esta
circunstancia, y persuadido de q. siguiendo en su vez se introduciria mucha más
a estos pueblos donde debe estar prohibida, mande que las pesetas no tuviesen
sino el valor de un real cada una; evitando de este modo la introducción y la
total perdida de los que la habían recivido, a quienes queda igualmte.
el recurso de llevarla o mandarla al Apure y en usarla sin demerito; lo que
aviso a U. para su aprobación o ulterior determinación”…De este párrafo se infiere que definitivamente nuestra libertad
vino de Apure, si bien el Capitán Hipólito De La Cueva Afanador era guayanés de
origen, peleaba durante la guerra de Independencia a las órdenes de Páez en los
llanos de Apure, quien dio luz verde a nuestro Libertador de invadir esta
región.
Durante
largo tiempo tuvimos ese problema y hubo gobernantes como Manuel Echeverría que
propuso al Gobierno de Guayana la libre circulación de la moneda Brasilera en
la región, aunque su proposición al parecer quedó en el aire.
En el año de 1819 la viruela comenzó a causar estragos en la Provincia
de Guayana y se extendió hacia Rionegro. El Periódico Correo
del Orinoco Nº 56 - Angostura 25 de marzo de 1820
reseña el caso: “En 1819 una epidemia de viruela asoló
los pueblos amazonenses y con la prontitud del caso se hicieron llegar a Cuevas
las vacunas en número tan suficiente que remitió por su cuenta al comandante portugués
una porción para aquel territorio, convirtiéndose el oficial venezolano en un
pionero de la integración con el Brasil”. También
De La Cueva da noticias del caso en su carta desde San Fernando de Atabapo del 14
Enero de 1820: “La
Bacuna, aunque tarde, llego útil y produjo un efecto saludable en los pueblos
que aun no estaban contagiados de la mala viruela todavía se conserva la
semilla”.
De La Cueva introdujo en 1820 ganado vacuno en Amazonas con miras
al auto abastecimiento en una zona que carecía de lo más elemental, como la
comida; los primeros fueron los jesuitas quienes la llevaron hasta Atures
(futura Puerto Ayacucho) y luego la Comisión de Límites, según se ha visto;
aunque sabiamente lo llevó hasta las sabanas de Maipures, parte integrante del
Arauca y región entonces venezolana, zona ganadera por excelencia. Al respecto
dice en su carta desde San Fernando de Atabapo del 14 de enero de 1820…“del Apure axiliaron con doscientas
reces. Que conduje al pueblo de Maypures a mitad del invierno pp hasta ahora no
han sido de ninguna utilidad, pues el transito y la nueva savana lo inutilizaron de modo q. aun todavía no se
puede contar con el q. ha quedado; por lo que he tenido que seguir sufriendo
los gastos indispensables, q. U. sabe he costeado desde que se funa
el destacamento…” La visión de permanencia y pertenencia de nuestro Libertador se
pone de manifiesto en este y otros hechos que buscaba solucionar los ingentes
problemas de una región pobre, abandonada y deprimida. La ganadería de subsistencia,
que no de explotación y exportación, es uno de los rubros indispensables para
el autoabastecimiento de Amazonas (hoy día con mayor razón) y así se ha
demostrado a través de la Historia que gente pensante y previsiva la
introdujeron y actuaron en consecuencia. Los jesuitas, según las crómicas,
llegaron a tener miles de cabezas de ganado en Carichana en el siglo XVIII. Esa
cantidad es difícil de creer, pero lo importante es estos misioneros donde iban
en su evangelización, llevaban la ganadería por delante y hasta el
establecimiento de Atures lo llevaron. Lamentablemente fueron expulsados de
Latino América; la Comisión de Límites también introdujo ganado en una ruta
épica Rio Caura-Rio Erebato-Rio Ventuari-San Fernando de Atabapo, según también
hemos visto; aparecen en censos de Manuel Centurión, Gobernador de Guayana para
la época, en 1766 los misioneros
Capuchinos de Andalucía tenían en Maypures 350 cabezas de ganado y 251 en 1777.
En esa época puede considerarse la ganadería de Maypures como como
el único bien de valor en el mercado en Amazonas y por lo tanto una fuente de
corrupción de los sucesivos gobernantes, según lo veremos en el desarrollo de
esta Historia. Incluso hubo gobernantes que fueron denunciados y enjuiciados
por este hecho. Al salir De La Cueva de su mandato y ser sustituido por Manuel
Echeverría, éste fue acusado por el primero ante un tribunal militar por hechos
criminales que deben estar en el extraviado expediente de la causa.
Lamentablemente los papeles principales fueron sustraídos y/o extraviados y no se encuentra en el
Archivo Histórico de Guayana, aunque existen algunos documentos donde se hace
referencia al caso y se puede inferir algo al respecto. Cabe entonces
preguntar: ¿sería acaso esta acusación a causa de este ganado, que era la única riqueza tangible
del Amazonas de entonces? Porque, como veremos, los impuestos recaudados eran
insignificantes.
El 14 de enero de 1820 escribía al Gobernador: “Desde
el tres de Agosto del año ppdo. que llegué a este Departamento me
encargué de la administracn de la Hacienda publica… Creo
debe estar en su noticia que los Españoles jamas impusieron a estos habitantes
dro. alguno: bien fuese considerando su miseria o pr. estar estas poblaciones
comensando a formarse, aquí no se pagaba tributo, diezmo ni alcabala los indios
solamte”…“pr. lo q. no esta en su noticia otra contribucn. que la de su sexo, eceptuados
los artículos de 1ª nececidad seria de tan poca cantidad q comparada con el
resultado, nos redundaría, mas mal, que bien. Estos motivos me han estimulado a
no conprehender los naturales, y solamente a los comerciantes, y lo pongo a la
alta consideracin. de U. pa. su inteliga. y
pa. q. en consideracin. de lo
expuesto, determine lo q. tenga a bn…El C. J. Antonio Gonzalez entregará a esa
Tesoreria ochenta y cinco ps. que hasta
ahora he recaudado, reservando las cuentas hasta mi ida a esa Capl. y dándome
recivo pa. mi resguardo”. Rionegro no
producía ninguno de los rubros que generaban riquezas en Venezuela: cacao,
tabaco, ganado, etc; tampoco había gente que la produjera y así permanecimos
hasta el final del siglo XIX, en que vino el boom del caucho. De ahí el
planteamiento de nuestro gobernante de exonerar a los indígenas de los
impuestos y endosárselos a los comerciantes, los cuales eran muy pocos, además.
En abril de 1820, De La Cuevas aun ejercía el cargo de Gobernante
del Departamento Alto Orinoco y de Río Negro y durante ese lapso del resto de
ese año fue sustituido por el Capitán Manuel Echeverría.
Indudablemente
que De la Cueva fue uno de nuestros buenos gobernantes, el primero de la Era
Republicana y de la corta lista de los excelentes mandatarios en la Historia de
Amazonas. Como puede apreciarse, fue fructífera su labor
desarrollada en el tiempo que permaneció en estos lugares. La posteridad
amazonense le debe un justo reconocimiento.
Luego de meritorios servicios, al finalizar la guerra se le
ascendió al grado de coronel del ejército. En 1830 estaba radicado como
ganadero y político en Barinas; siempre perteneció a las huestes del Partido
Conservador de Páez.
Se desempeñó como ayudante del Gobernador de la provincia de Apure
general José Cornelio Muñoz (1835-1837). En 1837 luchó contra los Farfán en Apure al lado de José
Antonio Páez.
En 1858 fue representante de Barinas, junto con 7 miembros más, a
la Convención de Valencia, previa al comienzo de la guerra federal,
representando al Partido Conservador. El Libertador de Amazonas aún vivía en
Barinas, donde fue designado Gobernador, bajo el tercer período de Páez como
Presidente de Venezuela en 1859 y debía tener alrededor de 70 años, cuando
luchó contra Ezequiel Zamora en la cruenta guerra Federal.
Derrotado defendiendo a Barinas, el anciano comandante Hipólito De
La Cueva, es uno de los que se va para la ciudad de Mérida y allí en la fría
mañana de los Andes del 10 de junio de 1859 presenta un documento ante las
autoridades donde expresa: “Allá dejamos todo, nuestras esperanzas,
sueños y riquezas materiales. La que llegó a ser la sultana de los llanos y
segunda ciudad de Venezuela, su grandeza, se diluyó en las llamas criminales
por la infidencia de muchos de sus hijos, engañados en la asonada de una
revolución mal concebida por las feraces argucias de unos aventureros que
exterminaron la paz y el bienestar nacional”. Es la expresión de un “godo” o miembro del Partido Conservador fundado
por Páez.
El Cronista – Poeta - Historiador de Barinas Alberto Pérez
Larrarte nos describe los pasos dados por De La Cueva en Mérida: “Como hombre de armas decide combatir desde
la serranía a las fuerzas federales, comandada por el coronel Natividad Pettit;
el general Ezequiel Zamora no puede con la sierra; los peñascos y
callejones le son adversos y los godos andinos, aventajados por conocer el
terreno, le enfrentan como perros furiosos; pero se retraen maliciosamente por
saber lo verraco que
son los federales. Es un primer triunfo que les alienta; pero el
fracaso de esta expedición no amilana a las fuerzas revolucionarias; más bien
les ánima y hace que el ejército federal ordene otra expedición, comandada está
vez por el general Pedro Aranguren.”
“Pero el general Aranguren
corre con la misma suerte del general Natividad Pettit, siendo fusilado en una
de las frías mañanas de los Andes, cuando
cae la niebla de la borrasca andina, en la mapora de la plaza Bolívar
de Mucuchíes; allí
aún está, no la seca ni el tiempo, tal vez para que quede como fiel testigo de
este infortunado suceso.
“El Comandante Hipólito De
La Cueva, a pesar de su ancianidad, no da tregua, ni cuartel y comanda con el
coronel Fulgencio Ferrer el combate de la Bellaca. Cuenta el general Leopoldo
Ferrero que fue un combate bárbaro, demostrando en él la sagacidad estratégica
de los federales. Al entrar los bandos en pelea, los centralistas
caen inmediatamente bajo la bóveda de fuego que vomitaba la
trinchera. Fue una larga jornada de fuego limpio; los godos creían tener
una posición infranqueable y esto atormentaba a los federales, quienes pasaron
más de cuatro días combatiendo.”
“Media hora después se dominaba aquel bastión natural, se coronaba
la altura al son angustioso de la corneta que tocaba fajina y fuego y adelante;
el enemigo huía, y estaba ganada la brillante acción de La Bellaca, retirándose
el coronel Hipólito de La Cueva en completa derrota y no paró hasta la ciudad
de Mérida, dejando en poder del general Zamora parte de su parque, prisioneros
y su crédito militar.”
“ESTA ES PARTE DE LA VIDA DE
ESTE HOMBRE QUE LOS AMAZONENSES Y BARINESES DEBEN RECONOCER E ILUSTRAR EN
SUS LIBROS DE HISTORIA.”
La huella de nuestro Ilustre
guerrero y Libertador de Amazonas se pierde entre la niebla, frailejones y
picos de La Sierra Nevada de Mérida.
En Amazonas el Palacio
Municipal de La Alcaldía del Municipio Atures lleva el nombre del prócer de la
independencia de Amazonas HIPÓLITO DE LA CUEVA. Este edificio fue diseñado por
el Arqº Néstor R. González Mazzorana y construido por el primer Alcalde Electo
de Atures L. J. González Herrera.
NOTA:
Este es un Resumen sobre los Gobernadores y Gobernantes de Amazonas que
actualmente se escribe en la HISTORIA GENERAL DEL ESTADO AMAZONAS. Cualquier
corrección, observación o sugerencia se agradece y será bienvenida. Los
documentos de soportes serán publicados junto con el libro.
*Cronista
de Amazonas
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